La trata de personas es una de las mayores lacras a las que nos enfrentamos en la actualidad, tanto por su prevalencia a nivel mundial como por las gravísimas vulneraciones de derechos que conlleva. En consecuencia, la comunidad internacional y la práctica totalidad de los estados se han comprometido a actuar con la debida diligencia con el fin de prevenirla, proteger a las víctimas y perseguir y sancionar a quienes perpetúan esta forma de esclavitud moderna.
En el caso de España, según los últimos datos publicados por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen organizado, hay más de 10.000 personas en riesgo de ser explotadas sexualmente, en su mayoría mujeres y niñas.